El marketing está por todas partes y lleva tanto con nosotros, que muchas veces no nos damos cuenta de su existencia.

En sus inicios, el marketing era lo más parecido a publicidad. Hoy el marketing se utiliza para provocar el cambio que nos gustaría ver en el mundo. De hacer crecer nuestras empresas, negocios y proyectos. Pero eso sí, por encima de todo, de ponernos al servicio de la gente.

Es verdad que no todos lo utilizan de la misma manera. Por eso, mucha gente relaciona el marketing con manipulaciones, mentiras, conveniencia, etc. Posiblemente, este pensamiento esté fundado en sus experiencias con malos agentes de marketing. Pero estos son la excepción.

El marketing puede hacer que la gente se anime a comprar algo que mejorará su vida, de usar algo que le ayudará a sentirse más feliz o de votar por el político que hará un cambio positivo en la sociedad. Es una herramienta poderosa y como tal, depende del uso que se le dé en cualquier momento.

Además, gracias a las nuevas tecnologías, el marketing se concibe para lograr el cambio. Pero también, el marketing verdadero es generoso, servicial y la respuesta a la pregunta ¿a quién puedo ayudar?

No importa cuál sea tu idea, producto o servicio. El nuevo marketing te replantea la forma en la que lo vas a presentar al mundo. Te enseña a conectar con las personas que deseas y cómo conseguir no solo que te compren, sino además que se sientan orgullosos de haberlo hecho.

Los buenos agentes de marketing lo utilizan para construir lazos con los mercados efectivos, para posicionar negocios, empresas y proyectos, para conocer y estudiar a los clientes, para alcanzar las metas y objetivos, para descartar los viejos hábitos publicitarios que ya no funciona, para impulsar cualquier decisión de compra y un largo etc. de acciones positivas.

En definitiva, el marketing hace que tu voz se oiga de dos maneras diferentes: por un lado, está el modelo que te ofrece Google, Facebook, artículos, anuncios en revistas, reportajes en periódicos, etc., todo esto es posible que te sirva, tal vez.

Y luego está el marketing efectivo. El que consiste en entender los puntos de vista y los deseos de los clientes para conectar con ellos. El que hace que se acuerden de ti cuando no estás y te hace aportar más de lo que esperan. El que logra que el valor de tu producto sea mayor que el precio que pagan por él. Que te vean como una de las mejores opciones del mercado.

El buen marketing surge de la empatía, no del egoísmo. Es el acto generoso de ayudar a los demás a convertirse en quienes aspiran a ser. Implica crear historias honestas que conmuevan y se propaguen. Y cuando tus ideas se propagan, cambias la cultura. Construyes algo que la gente echaría de menos si no estuviera. Las ideas que se propagan, son las que triunfan.

Gracias al marketing de hoy, podemos decir que existe una manera más efectiva para las empresas, negocios, proyectos e instituciones. Una manera para dejar de acosar e interrumpir, para dejar de enviar correos basura con toda la porquería que se escribe.

Es momento de hacer cosas corrientes para gente corriente y suponer por otro lado que puedes trabajar con precios más altos que los corrientes. Es el momento que dejes de suplicar a la gente que sea tu cliente. Y que dejes de sentirte mal por cobrar tu trabajo. Es el momento de destacar como profesional. De dejar los atajos y empezar de verdad.

Utilizar el marketing para resolver tus problemas es un error. El enfoque es totalmente el contrario. El marketing se debe utilizar para resolver el problema de los demás.

 

AUTOR: JUAN CARLOS NAVIA

Fuentes: Esto es marketing de SETH GODIN